
Esta felicitación de Navidad expresa una actitud de humildad y entrega total hacia Jesús, quien se convierte en el centro de la celebración. «Te espero con lo que tengo» implica un ofrecimiento de lo que poseemos, por sencillo o limitado que sea, reconociendo que Jesús no busca grandezas materiales, sino la sinceridad de nuestro corazón.
«Con lo que puedo» revela nuestras limitaciones humanas, pero también nuestra disposición a entregarnos en nuestro máximo esfuerzo, confiando en que Dios aprecia más la intención que la perfección. Esta frase invita a reflexionar sobre cómo, en la sencillez y vulnerabilidad, se manifiesta la verdadera grandeza de la Navidad: Dios que se hace pequeño para habitar en nuestra pobreza.
Finalmente, «con lo que soy» representa una entrega integral de nuestra persona, incluyendo nuestras fortalezas y debilidades, nuestras alegrías y heridas. Jesús no espera una versión idealizada de nosotros, sino nuestra autenticidad, tal y como somos. Este mensaje resalta el carácter personal y transformador de la Navidad, donde el encuentro con Cristo nos invita a aceptar y ofrecer todo nuestro ser en un acto de confianza y amor.
En este sentido, la frase se convierte en una oración de esperanza y preparación, recordándonos que el mejor regalo que podemos ofrecer a Jesús es nuestra disposición a recibirlo con un corazón abierto y sincero.










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