Preciosos a los ojos de Dios: el aliento del Papa a sus sacerdotes

Resumen del discurso del Papa León XIV al clero romano

El Papa León XIV dirigió una emotiva audiencia al clero de la diócesis de Roma, expresando su gratitud, cercanía y deseo de caminar con ellos. Comenzó con un aplauso para todos los sacerdotes y diáconos y les agradeció profundamente por su entrega diaria, muchas veces silenciosa y sufrida.

1. Agradecimiento y reconocimiento

• El Papa destacó la generosidad y fidelidad de los sacerdotes en medio de dificultades y tentaciones.
• Afirmó que “todos son preciosos a los ojos de Dios”, independientemente del servicio que realicen.

2. Unidad y comunión

• Subrayó la necesidad urgente de fortalecer la unidad con Cristo y entre los sacerdotes para dar un testimonio creíble al mundo.
• Advirtió contra el aislamiento, la autorreferencialidad y el cansancio interior que amenazan la vida espiritual y la comunión.
• Invitó a cultivar relaciones fraternas y espiritualmente sólidas, recordando que la comunión es también una tarea pastoral.

3. Ejemplaridad sacerdotal

• Hizo una llamada a la coherencia y a la vida ejemplar: “¡Seamos sacerdotes creíbles y ejemplares!”, dijo con tono paternal.
• Reconoció las tentaciones del mundo actual, especialmente en contextos urbanos como Roma, e instó a renovar el amor de la “primera hora”, que motivó su vocación.
• Recordó que, aunque limitados, los sacerdotes son servidores de un tesoro precioso, y se les exige fidelidad.

4. Lectura profética de los desafíos

• Exhortó a mirar los desafíos actuales —violencia, pobreza, marginación, desigualdades— con una clave profética y evangelizadora.
• Animó a los sacerdotes a no huir, sino a interpretar estos tiempos como oportunidades para construir el Reino de Dios.
• Citó ejemplos de sacerdotes proféticos como Milani, Mazzolari y Di Liegro, que vivieron con pasión pastoral en contextos difíciles.

5. Cercanía y esperanza

• El Papa concluyó asegurando su afecto, cercanía y disponibilidad para caminar con el clero.
• Invitó a confiar su vida sacerdotal al Señor, y a crecer juntos en unidad, ejemplaridad y compromiso profético.
• Terminó con una cita de san Agustín como inspiración para amar y servir a la Iglesia con fidelidad y pasión.

Este discurso se presenta como una llamada firme pero lleno de ternura y aliento para renovar el corazón sacerdotal en medio de las complejidades del mundo actual. El Papa aparece como pastor cercano, exigente y profundamente espiritual, que quiere guiar a su clero por caminos de autenticidad, comunión y profecía.