El Papa León XIV, en su discurso ante los parlamentarios reunidos en el Encuentro de la Unión Interparlamentaria Internacional en el contexto del Jubileo de los Gobernantes, recordó la dimensión ética y trascendente de la acción política, describiéndola —citando a Pío XI— como «la forma más alta de caridad», cuando está orientada al servicio del bien común.
El Papa desarrolló tres grandes reflexiones:
- Bien común y justicia social: urgió a los políticos a promover una distribución equitativa de la riqueza, en favor de los más débiles, y a combatir las desigualdades que alimentan violencia y guerras.
- Libertad religiosa y ley natural: destacó la importancia de garantizar la libertad religiosa y el diálogo entre credos. Subrayó que la acción política debe inspirarse en la ley natural, universal y válida en todo tiempo, como guía en cuestiones éticas, y situar siempre a la persona humana en el centro de la legislación. Citó a Cicerón y a la Declaración Universal de los Derechos Humanos como referencias fundamentales.
- Inteligencia artificial y dignidad humana: advirtió que este avance tecnológico debe estar al servicio del bien del ser humano, sin menoscabar su dignidad ni su libertad. Llamó a una gestión ética y responsable de la IA, recordando que la memoria humana es creativa y generativa, cualidades que ninguna máquina puede sustituir.

Finalmente, propuso como modelo de integridad para los políticos a Santo Tomás Moro, patrono de los gobernantes, ejemplo de fidelidad a la conciencia y de servicio a la verdad, la justicia y el bien común.










Deja un comentario