El trébol del liderazgo

EXIGIRÉ UN ALTO NIVEL DE INTEGRIDAD MORAL Y ÉTICA. Todos mis colaboradores sabrán que pueden y deben hacer las cosas justas con decisión, confianza y sin temor. Conocerán además que esto es lo que yo espero de cada cual, ya que otra conducta la censuraría. La conducta ética estará por encima de todo, y de ninguna forma apartaré la vista cuando observe unos métodos dudosos enfocados exclusivamente a conseguir resultados.

A mi personal le evaluaré por el resultado que obtenga; pero no únicamente por él. También observaré los métodos empleados, ya que ni el fin justifica los medios ni los medios el fin. En general no juzgaré sobre un solo parámetro, sino sobre varios, aunque algunos fueran menos objetivos. La impresión fundada o que tenga de cómo se está desenvolviendo cada uno en su trabajo, será para mí un factor fundamental de juicio.

HARÉ LO QUE DEBE HACER UN LÍDER. Manejaré un trébol. Es decir, tres áreas de influencia:

1º Me encargaré de que mi equipo de trabajo ejecute la tarea y alcance el objetivo establecido. Identificaré la tarea, la definiré con precisión y comprenderé cuál es su posición dentro de los objetivos de la organización. Elaboraré el plan y me las ingeniaré para llevarlo a cabo, definiendo y estableciendo los recursos requeridos. Controlaré la calidad, el ritmo de trabajo, analizando las desviaciones y haciendo los ajustes pertinentes. Evaluaré los resultados obtenidos y fomentaré el progreso estableciendo los planes de formación apropiados en dirección hacia el objetivo.

2º Mantendré la cohesión del grupo y su compacidad como equipo de trabajo. Estableceré estándares, ejemplos. Aprovecharé todas las oportunidades de dirigirme al grupo y me aseguraré de que existe una comunicación fluida dentro de él. Le consultaré y le pediré opiniones antes de tomar decisiones que le afecten. Confirmaré que existen procedimientos sencillos, les formaré para analizar cómo se tomarán las decisiones, cuál será el método preciso de trabajo, cómo se resolverán las diferencias y problemas, cómo nos aseguraremos de que el trabajo progresa, cuándo ha sido terminado y cómo tendré que cambiar las cosas que no estén dando resultados. Mantendré la disciplina y adiestraré constantemente al equipo.

3º Me cercioraré de que se están satisfaciendo las necesidades individuales de todos y cada uno de los miembros del equipo de trabajo. Vigilaré que cada uno tenga un sentido de realización personal; atenderé a sus problemas personales; me preocuparé de que sienta que su contribución es valiosa, que compruebe que la tarea es un reto para él y me aseguraré de que su capacidad está de acuerdo con la responsabilidad asignada. Utilizaré las habilidades de cada cual, los elogiaré y reconoceré los logros que consigan. Adiestraré a todo el que lo necesite.

Si su trabajo no es satisfactorio lo afrontaré y lo discutiré con él, no sólo por la organización sino por él mismo. Estableceré la ayuda que sea necesaria para que su contribución sea óptima.

Lo más difícil de todo es que estas tres áreas del trébol forman una sola unidad indisoluble que es la «unidad esencial del liderazgo». No se puede separar claramente una de otra y es desafortunado intentar hacerlo. No correré el peligro grave que estriba en dar preponderancia a alguna de las tres áreas anteriores en detrimento de otra. Las tres áreas simultáneamente son punto de referencia obligado y la piedra de toque de todo buen líder. En una palabra,

a) ejecutar la tarea y lograr el objetivo,
b) mantener la cohesión del grupo y
c) asegurar que se satisfacen las necesidades individuales de cada miembro.

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